Al principio pasó un ratito de mucha vergüenza pero enseguida los niños la acogieron y se sintió fenomenal entre ellos.
Nos explicó cosas de su casa, de su familia, y de su país...
También nos escribió nuestros nombres en árabe!, que raras son esas letras que hace Alia...
Y por supuesto lo que más nos gustó es que jugó con nosotros, primero a las cocinitas y ya en el recreo, a fútbol, a toros y a la zapatilla por detrás.
Muchas gracias a mis niños por tratarla tan bien, ella pasó una tarde muy especial y yo al lado de tantas personitas buenas me sentí muy afortunada de estar allí por eso ahora lo comparto con vosotros.
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