Ella misma nos cuenta todo el proceso desde que fueron a comprarlos hasta el momento de llevarlos a clase, con todo lujo de detalles:
Después se nos ocurrió que podíamos usar los huevos para aprender más cosas, así que asignamos a cada huevo un número y jugamos a encontrarlo, al bingo, a sumar...etc.
Tras jugar con los números y comprobar que se empezaban a romper, decidimos intentar que dieran vueltas y nos dimos cuenta de que al estar cocidos dan más vueltas que al estar crudos, ¿por qué sería?
Y por fín empezamos a pelar los huevos, con mimo, con cuidado...algunos claro está. Otros tuvieron menos suerte y perdieron gran parte del huevo en el intento.
Utilizamos el utensilio que trajo Marina, al que bautizamos como CORTADOR DE HUEVOS.
Y finalmente se nos ocurrió hacer diferentes creaciones con los huevos duros antes de comerlo, con unas hojitas de ajetes y un poco de imaginación, MIRAD QUE FLORES hicimos!!!
Una mañana de lo mejor, creativa, diferente y divertida.
Gracias Marina y familia!!